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Inestabilidad Crónica de Tobillo

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La Inestabilidad Crónica de Tobillo (IAC), una de las condiciones patológicas más comunes observadas en el pie y tobillo, se define como esguinces de tobillo repetitivos y síntomas persistentes después de un esguince de tobillo inicial. La IAC es secundaria a insuficiencias mecánicas (laxitud anterior e inversión) y funcionales (fuerza y equilibrio dinámico), que probablemente provengan de la lesión inicial. Por lo tanto, se trata con mayor frecuencia inicialmente con rehabilitación funcional. Los programas de entrenamiento propioceptivo reducen la incidencia de esguinces de tobillo recurrentes, pero aún no está clara su capacidad para prevenir las complicaciones a largo plazo.

Este tipo de lesión se manifiesta con mayor frecuencia en personas jóvenes, en relación con una mayor práctica deportiva. Afecta más al sexo femenino, sobre todo debido a ciertos aspectos constitucionales que predisponen a una mayor laxitud ligamentosa en varo o valgo de tobillo que en el varón, y a la obesidad. También se presenta en la edad adulta y en relación al pie cavo o al uso en la mujer de tacones altos.

El principal de los Síntomas será la sensación de que el tobillo no cuenta con la suficiente estabilidad, apreciando cierta inseguridad al caminar. Es normal escuchar entre pacientes: “el tobillo se me va” o “me falla”. Puede observarse tumefacción, dolor e incluso sensación de que algo se “monta” o “encasquilla”. Hay esguinces a repetición que se originan con mayor facilidad. Esto puede llegar a ser una espiral desesperante, ya que la inestabilidad nos lleva a nueva lesión y la lesión nos provoca mayor inestabilidad, repiéndose hasta la incapacidad funcional.

La prueba del Cajón Anterior: Con la rodilla flexionada y la pierna colgando de la camilla, el tobillo con leve flexión plantar y rotación interna; se tira anteriormente del pie desde el talón fi jando la tibia. La prueba es positiva si se percibe traslación anterior del astrágalo con respecto a la tibia, traduciéndose en insuficiencia del Lig. P.A.A.

El signo de Bostezo se suscita con la maniobra de la inversión del astrágalo. Con el tobillo en posición neutra y maniobras de varo-valgo del retropié, intentando fijar la articulación subastragalina, reflejando incompetencia del Lig. P.C.

Es recomendable realizar Radiografías del tobillo, así como una Resonancia Magnética para valorar las diferentes lesiones ligamentarias y las posibles presencias de otras lesiones, como edemas óseos o lesiones osteocondrales en el astrágalo, que se pueden producir en la inestabilidad crónica de tobillo. 
Las radiografías forzadas de tobillo pueden tener su utilidad en la valoración de la inestabilidad crónica, pero actualmente ya casi no  se uyiliza por que la valoración clínica con la exploración nos da suficiente información.

El Tratamiento para aliviar la Inestabilidad Crónica se basa en los resultados del examen físico y de los estudios por imágenes, así como el nivel de actividad del paciente. El tratamiento no quirúrgico puede incluir:

  • Kinesiología. La fisioterapia involucra diversos tratamientos y ejercicios para fortalecer el tobillo, mejorar el equilibrio y el rango de movimiento y reentrenar los músculos. A medida que progrese con la rehabilitación, también puede recibir entrenamiento relacionado específicamente con las actividades o los deportes que realiza.

  • Ortesis. Algunos pacientes usan un aparato ortopédico en el tobillo para darle soporte al mismo y evitar que gire. El uso de un aparato ortopédico como soporte también ayuda a prevenir esguinces de tobillo adicionales.

  • Medicación. Los medicamentos antinflamatorios no esteroides (NSAID), como el ibuprofeno o diclofenac, pueden ayudar a reducir el dolor y la inflamación.

La Reparación Quirúrgica de la inestabilidad de tobillo suele ser necesaria para muchos pacientes que presentan este problema. Más de 80 procedimientos quirúrgicos han sido descritos para el tratamiento de la inestabilidad crónica de tobillo. De manera global, e independientemente de la técnica empleada, la recidiva de la inestabilidad es rara y la mayor parte de los autores presentan de un 80 a un 95% de buenos resultados. Sin embargo, existe un grupo de pacientes en los que se produce una recidiva de la inestabilidad.

La reconstrucción del complejo ligamentoso lateral de tobillo puede ser anatómica y no anatómica. La primera implica la reparación de la estructura dañada con tejidos blandos adyacentes como refuerzo. (Broström-Gould, Karlson). En la segunda se reconstruyen con implantes no anatómicos, aprovechando la función de una estructura para sustituir la que falla, como por ejemplo injertos tendinosos.

Es importante hacer un diagnóstico temprano en este tipo de pacientes ya que podría tener graves consecuencias en la articulación del tobillo, requiriendo otras cirugías más agresivas.

Ante cualquier duda consulte a nuestros Especialistas de Patologías de Tobillo y Pie. 

S.O.T.

Servicio de Ortopedia y Traumatología

Sanatorio Clínica Modelo de Morón

  

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