Pie Bot (Pie Equino Varo Supinado)
El pie bot o pie zambo (pie cavo varo supinado) es una de las anomalías músculo-esqueléticas más frecuentes en el recién nacido: se presenta en 1 de cada 1000 niños nacidos vivos, con un predominio en varones. En la mitad de los casos esta deformidad se manifiesta en ambos pies, pero puede presentarse sólo en uno de ellos. La patología tiene cuatro componentes principales que son el equino y varo del talón, y el aducto y cavo del antepié, los que generan que el pie esté girado hacia adentro.
La Causa que origina esta enfermedad es aún desconocida. Se cree que estarían involucrados diversos factores genéticos, histológicos, vasculares y musculares.
En la mayoría de los casos el pie bot suele presentarse como una deformidad única, llamada Pie Bot Idiopático, mientras que un porcentaje cercano al 20% puede encontrarse asociada a otras deformidades congénitas o síndromes genéticos. Esta anomalía se manifiesta como un pie con alteraciones en su aspecto (“torcido” hacia adentro), y en general, el pie afectado es más pequeño y la pantorrilla más delgada.
El Diagnóstico puede realizarse durante el embarazo mediante una ecografía o luego del parto. Sólo en un 30% de los casos, se puede identificar previamente en las ecografías desde la semana 26 de embarazo. Cuando la patología es detectada luego del parto la misma resulta evidente y se solicita una ecografía de columna para descartar que exista algún problema a nivel de la médula, y una radiografía pélvica para revisar si tiene además displasia de cadera..
El objetivo del Tratamiento para el pie bot es reducir o eliminar todos los componentes de la deformidad, permitiendo al paciente tener un pie plantígrado, funcional, flexible, sin dolor y que le permita utilizar un calzado regular.
Históricamente, el pie bot había sido tratado a través de extensas cirugías, las cuales solían dejar como resultado un pie rígido, débil y doloroso. Desde hace más de una década, el método desarrollado por el Dr. Ignacio Ponseti se convirtió en el tratamiento de elección. Se trata de un método seguro, efectivo y poco agresivo que consiste en la corrección gradual del pie a través de una técnica de manipulación suave y de la aplicación de yesos, posibilitando buenos resultados funcionales a futuro. El tratamiento se basa en el correcto conocimiento de la antomía funcional del pie y de la respuesta biológica de los músculos, ligamentos y huesos a los cambios de posición obtenido gradualmente por la manipulación. Idealmente, el tratamiento debe iniciarse entre la segunda y tercera semana de vida del niño. Se necesitan entre 4 a 6 yesos (lo aconsejable son 10 yesos) para corregir la deformidad, los cuales se cambian cada 5 a 7 días.
Una vez que los pies están listos, es necesario realizar un pequeño corte al tendón de Aquiles, para impedir que vuelva a su forma inicial.
Una vez cortado el tendón, es fundamental que la madre le ponga un par de zapatos especiales a su hijo, que unen ambos pies a través de una barra, para mantener la corrección. Inicialmente, el niño deberá utilizarlos durante las 24 horas del día y paulatinamente se les irán retirando, de forma que a los dos años se los ponen sólo de noche hasta que cumplen cinco. Para mantener la corrección obtenida es necesario utilizar una férula de abducción (zapatos especiales en rotación externa unidos por una barra metálica).
En ocasiones, el estiramiento, enyesado y aparato ortopédico no son suficientes para corregir el pie bot, por lo cual podría necesitarse una cirugía en los tendones, ligamentos y articulaciones del pie y tobillo. Por lo general la cirugía, que se hace entre los 9 y los 12 meses de edad, corrige todas las deformaciones del pie en el mismo momento. Después de la cirugía, un yeso contiene el pie mientras cicatriza. Todavía es posible que los músculos del pie traten de regresar a la posición de pie bot, y probablemente el bebé deberá usar zapatos especiales o aparatos ortopédicos durante un año o más, después de la cirugía. Estos son un par de zapatos especiales que unen ambos pies a través de una barra, para mantener la corrección. Inicialmente, el niño deberá utilizarlos durante las 24 horas del día y paulatinamente se les irán retirando, de forma que a los dos años se los ponen sólo de noche hasta que cumplen cinco. Para mantener la corrección obtenida es necesario utilizar una férula de abducción (zapatos especiales en rotación externa unidos por una barra metálica).
La cirugía probablemente produzca un pie más rígido que el tratamiento no quirúrgico, en especial con el paso de los años.
Ante cualquier duda consulte a nuestros especialistas de la Unidad de Traumatología y Ortopedia Infantil.
S.O.T.
Servicio de Ortopedia y Traumatología
Sanatorio Clínica Modelo de Morón